Si bien ya deben estar cansados de todo los posteado con respecto al CQB, aca encontre algunas cositas que por ahi les sean de utilidad, Acciones Psicologicas, Combate Urbano Convencional Etc, ya que estamos en un foro relacionado a tacticas policiales, estos articulos les seran de gran ayuda para comprender al agresor o como llevar a cabo una mison, rescate o lo que se plantee en el momento
Psicología táctica & táctica psicológica I
La importancia de la preparación mental en el profesional armado.
A un agente del orden público, un integrante de una unidad especial, un soldado en misión de pacificación o de combate, o para un negociador intentando salvar todas las vidas posibles, es sumamente importante tener en cuenta esta particular rama del saber humano. La Psicología, ciencia del alma, de la vida o de la conducta, se encuentra siempre en la encrucijada de dos conocimientos divergentes: filosofía y ciencia. Se trata de una bifurcación no resuelta hoy en día.
El que alguien se atreva a afirmar que con tal o tales tácticas, técnicas, o formas de actuación se consigue triunfar siempre y en toda ocasión, es no solamente una afirmación más que dudosa, si no que además raya la inconsciencia. Y en el caso de un instructor podría considerarse casi delictivo.
Unas acciones son mejores que otras, algunas son claramente erróneas, muchas funcionan en según que casos, etc. Las únicas reglas invariables y firmes son, primero adaptabilidad, y segundo el uso del menos común de los sentidos, el sentido común.
Al ser este tipo de operaciones tan variables, rápidas, fluidas y sorpresivas, es imposible marcar unas reglas inmutables. Lo que ahora funciona, un metro más allá puede ser mortal. La dispersión que se produce en este entorno es enorme en el ámbito táctico, no métrico. Lo que el jefe de equipo observa a un lado del pasillo, no es lo mismo que observa el hombre que se encuentra situado 60 cm. por delante.
La suerte no existe
Debemos aprender a confiar en las decisiones y actuaciones de nuestros hombres y/o compañeros, sean correctas o no, debemos adaptar nuestras acciones a las del equipo. Cualquier otra actitud, solitaria o de Rambo o divino llevará el sello del fracaso de la misión. Cualquier reproche o corrección serán dejadas para después de la operación.
Debemos instruir e instruirnos para ser flexibles y adaptables. Viejas expresiones del tipo siempre lo hemos hecho así,“así se lo he visto hacer a tal unidad,“tú no pienses, ya lo hacen por ti, en este entorno resultan mortales por definición.
El operador debe tomar decisiones, correctas o no, sin dudar, ya que lo único realmente incorrecto en este tipo de acciones es la duda. Si dudamos estamos muertos, con nosotros nuestro compañero que queda sin apoyo, y por extensión nuestro equipo que quedará cojo, operativamente hablando, y por supuesto los ciudadanos a los hemos jurado proteger.
Hay que instruirse para a tomar esas decisiones sin dudar, y adaptar cualquier orden táctico según las circunstancias y situación puntual, permitiendo ser todo lo flexible y adaptable que requiere este tipo acciones.
En resumen, buscaremos y estudiaremos todas las variables posibles de cada una de las posibles situaciones que nos podamos encontrar. Solo así tomaremos decisiones y actuaremos de una forma segura para uno mismo y por extensión para el equipo y el ciudadano.
Recordando que la suerte en este trabajo no existe, debemos crear un clima de perfeccionamiento continuo. La perfección que nace de un entrenamiento realista, continuado y profesional, tratando por todos los medios de orientar esa formación e instrucción en una sola dirección.
Entrena como trabajas,
trabaja como entrenas.
Con esta idea en mente jamás se cometen errores, ya que solo sabremos hacerlo de una forma… la correcta. La que nos sale de una manera instintiva, natural e inmediata, sin pensar en lo que debo o no debo hacer.
La forma correcta.
Pero ello no será una excusa para el ultraconservadurismo ni el inmovilismo, debemos estar siempre abiertos a mejorar y a modificar cualquier aspecto de nuestro trabajo, si el cambio, previo estudio detallado y exhaustivo, significa mejorar nuestro rendimiento y seguridad
Psicología táctica & táctica psicológica II
“La Estrella de la Supervivencia”
Hay otra cuestión importante con la que estamos obligados a trabajar, y por lo tanto considerar en nuestros entrenamientos, el grado de alerta. Existe una máxima samurai que concreta perfectamente el grado de alerta al que un agente o militar ha de someterse siempre: el samurai desde que sale por la puerta de su casa, hasta que regresa a ella, actúa como si estuviera a la vista de algún enemigo. No se trata de fomentar de la paranoia desde estas líneas, pero… los paranoicos también tienen enemigos.
De una forma un poco más mundana, cualquier agente reconoce que el peligro está continuamente ahí. Es imposible trabajar de forma continuada con un grado elevado de alerta pues agota y hace perder la concentración, y consecuentemente la alerta que buscamos. Es por ello que se debe trabajar con un nivel moderado, pero siempre con la predisposición para elevarlo.
En referencia a cualquier operación táctica, surge siempre una pregunta: ¿Qué factores son los que intervienen en la supervivencia de un operador en una situación de alto riesgo?
Realmente es la interrrelación de cinco factores primordiales, resumidos gráficamente por el marshal de los Estados Unidos Rudolf Friederich, en lo que él denomina “La Estrella de la Supervivencia”.
Podemos ver en la misma, los cinco puntos sobre los que ya logramos comenzar a trabajar y a pensar, y que convertirán una situación de alto riesgo en otra favorable a nuestra supervivencia. Estos mismos puntos son perfectamente aplicables para un ciudadano ante una agresión callejera, un patrullero en misión de paz o una unidad de asalto especial.
* Táctica.
* Preparación física.
* Equipo.
* Conocimientos técnicos.
* Preparación mental
Pero entremos en un poco más de detalle en el tema:
Tácticas
La primera variable a tener en cuenta es la del concepto táctico correcto.
Tácticas adaptadas a los entornos probables de actuación, a los adversarios, al equipo con el que contamos, a los compañeros, etc. Pero que se resumen en dos palabras concretas: adaptación y naturalidad.
La mejor táctica del mundo fracasará si fracasamos en el intento de adaptarla al entorno en el que nos encontremos. E igualmente, si no somos capaces de actuar correctamente de forma natural y espontánea.
Si debemos pensar y estudiar cada movimiento, nuestra mente no estará enfocada en la localización de los posibles adversarios, con lo cual reaccionará tarde ante cualquier situación que se nos presente.
Pero antes de continuar, veamos un apunte de historia y de psicología.
El principio del O.O.D.A. del coronel John Boyd
Un veterano piloto de combate, en la ya lejana Guerra de Corea, el coronel John Boyd, se encontró con la amarga constatación de que sus hombres eran abatidos por los pilotos norcoreanos con mucha más frecuencia de lo deseable.
Preguntándose el por qué de este problema y sobre la forma de evitarlo, llevó a cabo un profundo y extenso trabajo encaminado a reducir los índices de derribos. Buscando el cómo de las reacciones de sus pilotos en el combate aéreo, realizó un profundo y exhaustivo estudio de los tiempos de reacción del ser humano. Este estudio es válido y aplicable para cualquier faceta de la vida de todo ser humano, no solo para un TopGun a los mandos de un F14 TomCat.
Todo el enorme estudio llevado a cabo por el coronel Boyd puede resumirse en un acrónimo. O.O.D.A., o lo que es lo mismo:
* Observar.
* Orientar.
* Decidir.
* Actuar.
Tanto si vamos a cocinar, a dar una vuelta en bicicleta, a pilotar un fórmula uno o el ya citado F14, a reaccionar contra un agresor que descubre su arma, o incluso a planear y/o actuar en un asalto, pasamos por estos cuatro pasos previos sin excepción.
Veamos un ejemplo muy cotidiano para explicarlo.
Como conductores a menudo nos hemos cruzado con otros conductores no tan responsables como presumimos serlo nosotros. Uno de estos individuos puede surgir de una calle adyacente a nuestra dirección de marcha sin detenerse, ni tan siquiera mirar.
En tal caso, circulando tranquilamente, primero observamos un vehículo que se incorpora a nuestro carril de forma intempestiva y peligrosa.
Nuestra mente interpreta de inmediato la imagen que los ojos le envían, se orienta.
Entonces, en base a esa información toma una decisión, y por último nuestro cuerpo reacciona y actúa, frenando.
Estos son los mismos pasos que seguiríamos ante una agresión armada. Observamos al agresor, nuestra mente se orienta definiéndolo como un riesgo, decide actuar empleando el arma que portamos, tras lo cual nuestro cuerpo actúa moviéndose y apuntando.
Los tiempos de reacción suelen considerarse de forma general en torno a 0.25 segundos para cada paso, dando un tiempo total de un segundo.
Este lapso cronológico puede aumentar o disminuir según múltiples factores: salud, cansancio, sueño, nivel de entrenamiento, preparación mental, capacidades físicas, nivel de riesgo preasumido, nivel de autoconfianza, etc.
Evidentemente cuanto mejor nos encontremos físicamente, cuanto mayor nivel técnico, de concienciación y confianza en uno mismo poseamos, menor será el tiempo de reacción.
Todo esto junto con el que quizá sea el punto clave que marca la diferencia, a saber, las experiencias previas
Psicología táctica & táctica psicológica (y) III
Experiencias previas
A nadie le asombra que el operador mejor y más preparado del mundo, se quede paralizado la primera vez que alguien le apunta con un arma. O cuando escucha por primera vez disparos dirigidos contra su persona. La experiencia es un grado solemos escuchar muy a menudo, y realmente es cierto.
Sin experiencias previas nuestro cerebro tarda en reaccionar, alargando los tiempos de observación, orientación, decisión y actuación. De ahí la enorme importancia que posee un entrenamiento lo más realista posible, sin llevar a extremos suicidas por supuesto.
Aún así, recordando un viejo axioma bélico, ningún entrenamiento, por más perfecto y realista que sea, reemplazará a la experiencia de defender la propia vida o la de terceros.
Respecto a los otros cuatro puntos de la estrella, éstos no requieren tantas explicaciones.
Preparación física
Una forma física aceptable, sin necesidad de ser atletas, permite reaccionar con mayor prontitud, tener mejores reflejos en argot común, así como mantener el nivel de estrés de una forma asimilable para nuestro organismo, y nuestra mente.
Equipo acorde y adaptado
Si el equipo no es cómodo en su porte, si resulta excesivamente pesado, si nos falta algo importante, si no es práctico, si no permite un rápido uso del mismo, y sobre todo si lo sabemos, todo ello frena la efectividad de nuestra actuación,
Conocimientos técnicos
Así mismo, si desconocemos el arma, si no somos competentes en su empleo, manejo y capacidades, nuestra eficacia se verá muy mermada o será prácticamente nula, aunque todos los otros puntos estén perfectamente cubiertos.
Estas habilidades deben ir en consonancia con las tácticas a emplear, ya sea en una acción de autodefensa como en un asalto de alto riesgo.
Preparación mental
Por último, nuestra mejor y más eficaz arma, es la mente. Como ya quedó escrito, si ésta, se encuentra total y completamente concienciada de su correcta capacidad o nivel de respuesta, de su perfecto entrenamiento y sobre todo de su capacidad para sobrevivir a toda costa, entonces tenemos realmente un 80 por cien de posibilidades de salir airosos de cualquier situación imaginable.
Somos tan fuertes y eficaces como nuestra mente crea serlo. Pero, eso sí, siempre y cuando nuestro trabajo de educación de esa mente haya sido realista y consecuente, sin falsos objetivos ni autoengaños.
Nuestro principal enemigo podemos serlo nosotros mismos, principalmente a través del estrés, pero este es un tema que exigiría un trabajo mucho más extenso.
Resumiendo, la concatenación de los cinco puntos citados, forma un bloque único, en el que si uno de ellos falla, el conjunto se resiente.
Conseguir que esa estrella forme un todo con nuestro trabajo diario, único, coherente, realista, en continua evolución y adaptación, capaz, etc, es algo no solo difícil, si no muchas veces imposible.
El ambiente laboral, social y político, por un lado, junto con los problemas personales del día de todo agente, pueden mermar sus capacidades hasta el punto de incapacitarlo para generar una respuesta adecuada a una situación de alto riesgo.
Es por ello que quizás debamos intentar ser más exigentes con nosotros mismos, como operadores, para regresar a casa cada día y abrazar a nuestros seres queridos, pero a la vez desarrollar el trabajo que se nos ha encomendado de forma segura y eficaz.
Nuestra mente será siempre nuestra mejor aliada, o nuestra peor enemiga. De nosotros depende.
Proximamente mas info relacionado a este tema
Un abrazo Ronco